Celos asesinos
Una sonrisa
una palabra,
un gesto,
tu mirada,
mi lagrima...
Silencio...
Una pregunta...
Porque nunca creíste en mi ?
Te alejaste con la brisa de las siete,
esa que corría de norte a sur por nuestra ventana,
esa, desde la cual vimos muchos atardeceres,
y las nubes lejanas
observaron nuestros besos de enamorados
besos antecesores al amor apasionado y carnal.
Amor en el cual entregábamos el alma
susurrábamos te amos,
olíamos la piel, besábamos el sudor,
y gemíamos de placer.
Noches interminables entre sabanas tibias,
piel a piel,
unidos, enlazados,
abrazados inseparables.
O así creíamos...
Hasta que las dudas,
el temor y la inseguridad,
entro como nube gris en nuestros pensamientos.
Celos,
si, yo sentí celos !!
así como tu los sentías, y preguntabas día a día,
por esta o aquella,
que según tu, yo pretendía.
Yo temeroso de tu belleza,
y de tu ingenua coquetería,
también me preguntaba,
día a día, si me amabas,
si no caerías, en una burda jugada...
Y fueron los celos,
los asesinos de nuestro amor,
quienes apuñalaron la alegría,
dando muerte a nuestra melodía.
Esa que sonaba
al sentir tus besos en cada madrugada
cuando nos amábamos
y la vida era bella,
sin miedos, dudas,
ni esta necesidad de hoy,
casi dolorosa.
Alejandro Urtubia ©
(El diablo de la poesía)
Todos los derechos reservados
y copyright a nombre de Alejandro Urtubia,
Texas, USA 2012
( 24 Agosto 2012 )
Una sonrisa
una palabra,
un gesto,
tu mirada,
mi lagrima...
Silencio...
Una pregunta...
Porque nunca creíste en mi ?
Te alejaste con la brisa de las siete,
esa que corría de norte a sur por nuestra ventana,
esa, desde la cual vimos muchos atardeceres,
y las nubes lejanas
observaron nuestros besos de enamorados
besos antecesores al amor apasionado y carnal.
Amor en el cual entregábamos el alma
susurrábamos te amos,
olíamos la piel, besábamos el sudor,
y gemíamos de placer.
Noches interminables entre sabanas tibias,
piel a piel,
unidos, enlazados,
abrazados inseparables.
O así creíamos...
Hasta que las dudas,
el temor y la inseguridad,
entro como nube gris en nuestros pensamientos.
Celos,
si, yo sentí celos !!
así como tu los sentías, y preguntabas día a día,
por esta o aquella,
que según tu, yo pretendía.
Yo temeroso de tu belleza,
y de tu ingenua coquetería,
también me preguntaba,
día a día, si me amabas,
si no caerías, en una burda jugada...
Y fueron los celos,
los asesinos de nuestro amor,
quienes apuñalaron la alegría,
dando muerte a nuestra melodía.
Esa que sonaba
al sentir tus besos en cada madrugada
cuando nos amábamos
y la vida era bella,
sin miedos, dudas,
ni esta necesidad de hoy,
casi dolorosa.
Alejandro Urtubia ©
(El diablo de la poesía)
Todos los derechos reservados
y copyright a nombre de Alejandro Urtubia,
Texas, USA 2012
( 24 Agosto 2012 )
No hay comentarios.
Publicar un comentario