Noche de sexo
La conjunción de tus besos,
junto con las caricias
y nuestras manos perdidas,
eran el preámbulo perfecto de la noche eterna,
enredados en nuestros cuerpos
permanentemente jadeantes,
excitantes, perplejos.
En medio de un rincón obscuro,
que nos guarecía
de la multitud del momento,
planeamos la despedida,
y el lugar perfecto,
para nuestra loca ironía.
Y nos escapamos amantes,
con el cuerpo encendido,
buscando apagar las llamas,
que emergían candentes,
de nuestras bocas, nuestros sexos,
noche ardiente,
de sudor y besos.
Enredados en sabanas,
jadeamos nuestros nombres,
yo besando tus senos,
tu tirándome el pelo,
y acabamos en éxtasis,
susurrando te amos,
en noche de pasión y cuerpos,
sudor,
y permanentes cortejos.
Alejandro Urtubia ©
(El diablo de la poesía)
Todos los derechos reservados
y copyright a nombre de
Alejandro Urtubia,
Texas, USA 2012
(29 marzo 2012)
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