Nuestro encuentro
Ella sentada en la cama
sacando su ropa con una
coreografía lenta,
mis ojos a la distancia la
observaban
mi boca muerde los labios,
mientras mi corazón
bombea
y mis ojos gozan.
Su piel dorada, satinada,
llena la habitación con
su etérea sutileza.
Su pelo castaño ondulado
me invita a tocarlo,
a acariciarlo, y a
enredarme en el
Lo huelo, disfruto, y la
disfruto a ella,
mientras me invita,
a escudriñarme con besos
y mordidas suaves en su
cuello oloroso,
mientras escalo por su
espalda
en la osadía de ese
brasier moroso.
La desnudez de sus senos
invitan a mi boca abrupta,
mi lengua enredosa,
a descubrir hoy
semejante textura cumbre.
El calor de los minutos
transforman ágiles las
contracturas,
la placidez de los besos y
caricias
abren paso a fluidos
ardientes,
hechos néctar en nuestros
cuerpos,
almas, sentidos y
sentimientos.
El amor me invita a
sostenerte
a sentir el abrazo jugoso
de su entrepierna,
y tu mi sentir intruso,
en gemidos cadenciosos
de este encuentro nuestro,
cuasi peligroso.
Alejandro Urtubia ©
(El diablo de la poesía)
Todos los derechos
reservados
y copyright a nombre de
Alejandro Urtubia,
Texas, USA 2017
14 febrero 2017
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